“Nosotros los de entonces ….seremos los mismos?”
por Graciela Tonnier
Licenciada en artes. Psicóloga social y operadora en Psicologia Social.
Los seres humanos somos seres de los sueños, de los proyectos, somos seres lanzados al futuro dice Paulo Freire. Seres en movimiento, haciendo con los otros.
Justo allí, en lo social, en el proyectarnos junto a otros, estamos obstaculizados.
Tener la dimensión del futuro tan incierta, no nos permite planificar, provocando un presente más presente. Todo es presente, todo es hoy, aquí y ahora conmigo. Presente escaso de presencias. Presente omnipresente, que aumenta las ansiedades básicas y se incrementan los miedos.
El “todo ya” que hace años se venía instalando, junto con la valoración de lo efímero y la instalación de la “inmediatez” hoy se intensifican.
Al igual que todas las aplicaciones de Internet que ya estaban listas antes de la Pandemia, como si supieran lo que iba a venir. Zoom, Jitsi, Hangouts, Messenger, Face, WhatsApp, Skipe, etc. Todo estaba listo para que nos quedáramos adentro, quietitos, aislados pero supuestamente “comunicados”.
El aislamiento es un mal que ya se venía generando desde el uso de las redes, que parecían que todo podrían satisfacerlo.
Pero esta Pandemia nos “obliga” al aislamiento.
Por lo tanto nos pone frente a la prohibición del encuentro con el otro. Y si bien el otro es quien “me puede contagiar” también es el que deseo y quiero. Y siento ante la prohibición, con mayor intensidad, el deseo y la necesidad de contacto, de afecto. Y sentir en carne propia, que sin contacto y afecto, es muy difícil vivir.
Somos seres sociales desde el mismo momento de nuestra gestación. Somos “seres de lazos”. Amarrados a los vínculos para bien o para mal, pero enlazados vamos en este camino, que hoy pareciera de rumbo incierto.
Sería interesante pensar este “accidente” al decir de Bacon, el pintor inglés, como una ruptura que abre a la creatividad. A la búsqueda de nuevas posibilidades. Porque otra característica de los seres humanos es su capacidad creativa, como forma de supervivencia. No como don de los artistas, sino como aquella creatividad que aparece en la vida cotidiana, ante los distintos desafíos que se nos pueden presentar.
Es una oportunidad para repensarnos. Poder aquietar algunos ritmos. Detenernos en algunos espacios. Repensar el tiempo histórico que estamos viviendo. Darnos la oportunidad de hacer aquello que en otro momento no pudimos.
Y volviendo a Freire pensarnos también como seres de la esperanza, no como espera vana, sino como espera en acción.
Y cuáles podrían ser las tareas?
Posiblemente tenga que ver, en un principio, con las preguntas.
Con abrirnos a preguntarnos. Abrirnos a lo incierto de la vida. Lo inseguro, lo imprevisible es constitutivo de la vida. Abrirnos a lo nuevo, a lo novedoso.
Animarnos al aprendizaje de esto nuevo que se nos presenta.
El terreno seguro y permanente es una fantasía. La Tierra gira y gira. Y no podemos negar que todo está cambiando. Todos estamos siendo.
Les proponemos, desde esta concepción entonces, talleres de creatividad, grupos de reflexión, acompañamiento terapéutico, charlas, supervisión en distintos ámbitos – psicosocial, familiar, institucional, empresarial, ONG, equipos de salud, Docentes, Sociedades de fomento, grupos artísticos, elencos teatrales, musicales, etc.
Escuchamos sugerencias, en este momento tan peculiar, donde sabemos que nuestra intervención será muy necesaria.
Graciela Tonnier
Licenciada en artes. Psicóloga social y operadora en Psicologia Social. Profesora de Música. Psicodramatista. Corpodramatista. Operadora en Biomúsica.
Pianista, actriz y cantora.